martes, 1 de mayo de 2007

Día Obrero

Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!
¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria.
Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo.
Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las armas!.
Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden...
¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!
¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!.



Arbeiter Zeitung imprimió estas palabras en 25.000 octavillas el 4 de Mayo de 1886, en protesta por los obreros muertos cuando la policía de Chicago disolvía una manifestación que reclamaba una jornada laboral de 8 horas.


Esta octavilla se utilizaría más tarde como prueba en el juicio que lo llevaría a la horca.


Hoy, a nadie le extraña que tengamos una jornada laboral de 8 horas. Y una protesta que la reivindique sería "absurda" a pesar de toda la gente que trabaja más de ocho horas...pero que en su contrato figuran 8.

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