sábado, 2 de junio de 2007

Jesucristo, El Fuerte

Estaba Jesús, junto con sus discípulos, sentado a la poca sombra que un olivo puede dar. Ya habían pasado varios días desde su última parábola y creyó necesaria otra más, puesto que pronto los abandonaría y ellos, pobres pescadores, no pareceían comprender gran cosa del mensaje que les prentendía transmitir.

Se puso en pie, y les hizo disponerse formando un círculo, los discípulos, todavía sentados. Y comenzó:

-En verdad, en verdad os digo que si os abofetean una mejilla, vosotros debeis devolverla, al menos 100 más fuerte.

Los miró, con esa mirada tan penetrante y convincente, propia de un mesías. Sonrío; parecía que esta vez, sí que le habían comprendido.

-Judas, levántate, y acércate a mí.
Judas, sumiso, se levantó y se aproximó al Maestro.
-Dame una bofetada, Judas.
-Pero Maestro, yo....
-Calla Judas, dame una bofetada...

¡Paf! resonó la bofetada en la cara del Maestro.

Y el Verbo se hizo Sangre.

Un zumbido cruzó el aire siguiendo al brazo de Jesús y a la estela que dejaba tras él, y al final, lo inevitable...¡BAAAANG! Judas cayó al suelo, entre una nube de polvo.

Un golpe propio del Hijo de Dios.

Sí, no cabía lugar a duda: Él era El Enviado.

Asintieron, sonriendo. Felices como hipopotámos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A propósito de ello, esto que tenía en mi antiguo blog:

"Dios se tiró un pedo tan potente que se dio contra el techo celestial. Su cabeza, dura como un diamante, partió en dos la caperuza del universo, y el muy todopoderoso se asomó a una dimensión hasta entonces desconocida para él (o ella, que también las hay Diosas). Aquello le hizo experimentar por primera vez en su infinita vida, si es que eso puede ser posible, el vacío. De hecho, sintió una desazón tal que llamó a todos los arcángeles para que le ayudaran a coser la brecha que con su testa había hecho en la galaxia. Como era Dios, y no podía permitirse el lujo de que nadie dudara de él, con su magia divina impidió a todos y cada uno de sus carpinteros alados que vieran más allá de la grieta que separaba del universo, lo otro. Una vez arreglado, le parecía a Dios que todo volvería a la normalidad. Desgraciadamente, no fue así, y como muchos hombres, también él fue invadido por el ejercito más temible: el capitaneado por la peor Duda; y ya no pudo estar tranquilo. Fue entonces cuando decidió irse de viaje; abrir otra vez el cielo e indagar por ahí fuera."

Metalsaurio dijo...

Inquietante.


Y así nos va...;)

Anónimo dijo...

Hola galizian fighter.
Te he añadido como enlace en la página eurekil:

www.eurekaweb.es

Hasta más ver, pimpollo