martes, 10 de diciembre de 2013

¿Manual de estilo? (2ª parte)

Hoy tocan unos pequeños extractos de un libro llamado El Gran Diseño, de Stephen Hawking y de Leonard Mlodinow. 

No, no suelo leer sobre física cuántica. Y, a pesar de haber leído este libro, sigo siendo un profano en la materia. Sin embargo, en cuanto cayó en mis manos me propuse darle una oportunidad: Además de descubrirme un mundo para mí desconocido, llegado un punto, reflexionan sobre la realidad y las interpretaciones que le damos; aludían a que un modelo de interpretación es satisfactorio si:

  1. Es elegante.
  2. Concuerda con las observaciones existentes y proporciona una explicación de ellas.
  3. Realiza predicciones detalladas sobre observaciones futuras que permitirán refutar o falsar el modelo si no son confirmadas.
Me llamaba mucho la atención que como elemento esencial, subrayasen la elegancia, siendo ésta, subjetiva. Sin embargo, luego, incluso admitiéndolo, aclaraban que “las leyes de la naturaleza significan comprimir un número de casos particulares en una fórmula sencilla. La elegancia se refiere a la forma de una teoría, pero está muy relacionada con la falta de elementos ajustables, ya que una teoría atiborrada de factores manipulables no resulta elegante. Parafraseando a Einstein, una teoría debe ser tan sencilla como sea posible, pero no más sencilla”.

Como dato anecdótico, me gustaría decir que el modelo de universo de concepción geocéntrica (aquello de que la Tierra se situaba en el centro) fue descartado en favor de un sistema heliocéntrico (con el sol en el centro), por esto mismo, por la elegancia, porque tanto un modelo como el otro describían (con los ajustes debidos) las observaciones que por aquel entonces se podían hacer de nuestro universo “cercano”.  

Traigo esto al blog, porque en cierto modo entronca con lo que comenta en la entrada ¿Manual de estilo? Sobre si existe una forma “correcta” de escribir. Posiblemente, la opción mayoritaria, tanto en ciencia como en otros campos (literatura en este caso) sea tender a la teoría más sencilla posible. Y habrá quien elija modelos alternativos, siempre que sirvan a sus propósitos.



2 comentarios:

Ángeles dijo...

Muy interesante.
Elegancia y sencillez, ahí es nada...

Metalsaurio dijo...

Es fácil decirlo, sí...